Antídoto -contra la soledad-
Comprate una cerveza en "Bellagamba"
con dos empanadas.
Disimulá las miradas que piensan :
"Ay, una mujer sola
seguro que busca un hombre.
Qué desesperada y hambrienta!"
Los ojos acusadores
te acosan contra las botellas.
No dejes que lo hagan,
Sacá tu libro y leé sin parar,
devorando las líneas
a la par que comés las empanadas.
Los ojos se te entrecierran,
no por el sueño.
Es la falta de luz.
No ves nada
pero seguís leyendo.
Mirá tu celular repetidas veces,
confirmando que no hay ninguna
llamada perdida
que no hayas escuchado.
Ningún mensaje.
Si alguien te mira con demasiada
insistencia,
tomá tu móvil
y hacé como si llamaras a tu pareja
diciendo algo así como:
"Sí, mi amor, te estoy esperando
te falta mucho?
Sí, sí, estoy acá, te espero"
Acto seguido,
llamá al chico que te parte la cabeza
cinco veces seguidas,
aunque te responda el contestador,
rogando que a la sexta vez te conteste,
por fin.
Llamada número seis. Nadie responde.
Mirá con envidia sutil a la pareja
sentada a tu lado, a pocos metros,
y cuando se besan -chupones ruidosos-
mirá para el lado contrario,
pensando-mirada perdida,
intelectual siguiendo la línea del horizonte-
pensando que todavía no viste "Rey Lear",
que tenés que ir a ver "Rey Lear",
que vas a llamar a alguna amiga
para ir.
Si dos chicos lindos te miran
sonriendo desde una mesa alejada,
hacete la distraída.
Pensá en tus clases,
en las planificaciones
que tenés que entregar
para el viernes.
Si alguien se te acerca,
insistente, baboso
repulsivo-no es el que desearías, es evidente-
sé cortante sin culpas y
levantá tus cosas para irte.
Entonces traspasás la puerta
con coraje hacia la calle.
Triunfal mujer sola en la parada del siete,
mirás paranoica hacia ambos lados,
por las dudas, por los chorros.
Cuando te bajás y corrés a tu casa,
después de sacar rápido las llaves
abrís la puerta, tirás tu bolso en el pasillo.
Te dirigís a la cocina
como una zombie
y sacás otra cerveza del congelador.
con dos empanadas.
Disimulá las miradas que piensan :
"Ay, una mujer sola
seguro que busca un hombre.
Qué desesperada y hambrienta!"
Los ojos acusadores
te acosan contra las botellas.
No dejes que lo hagan,
Sacá tu libro y leé sin parar,
devorando las líneas
a la par que comés las empanadas.
Los ojos se te entrecierran,
no por el sueño.
Es la falta de luz.
No ves nada
pero seguís leyendo.
Mirá tu celular repetidas veces,
confirmando que no hay ninguna
llamada perdida
que no hayas escuchado.
Ningún mensaje.
Si alguien te mira con demasiada
insistencia,
tomá tu móvil
y hacé como si llamaras a tu pareja
diciendo algo así como:
"Sí, mi amor, te estoy esperando
te falta mucho?
Sí, sí, estoy acá, te espero"
Acto seguido,
llamá al chico que te parte la cabeza
cinco veces seguidas,
aunque te responda el contestador,
rogando que a la sexta vez te conteste,
por fin.
Llamada número seis. Nadie responde.
Mirá con envidia sutil a la pareja
sentada a tu lado, a pocos metros,
y cuando se besan -chupones ruidosos-
mirá para el lado contrario,
pensando-mirada perdida,
intelectual siguiendo la línea del horizonte-
pensando que todavía no viste "Rey Lear",
que tenés que ir a ver "Rey Lear",
que vas a llamar a alguna amiga
para ir.
Si dos chicos lindos te miran
sonriendo desde una mesa alejada,
hacete la distraída.
Pensá en tus clases,
en las planificaciones
que tenés que entregar
para el viernes.
Si alguien se te acerca,
insistente, baboso
repulsivo-no es el que desearías, es evidente-
sé cortante sin culpas y
levantá tus cosas para irte.
Entonces traspasás la puerta
con coraje hacia la calle.
Triunfal mujer sola en la parada del siete,
mirás paranoica hacia ambos lados,
por las dudas, por los chorros.
Cuando te bajás y corrés a tu casa,
después de sacar rápido las llaves
abrís la puerta, tirás tu bolso en el pasillo.
Te dirigís a la cocina
como una zombie
y sacás otra cerveza del congelador.
2 Comments:
At 8:34 PM,
Hernán Jorge Pérez said…
Ambas sustancias, veneno y antídoto, son factores del mismo producto. Cualquiera de los dos podría ser nocivo para nuestro sistema inmunológico, o psíquico tal vez. Confiemos en que después de las cervezas uno se queda dormido, y mañana por la mañana, quisá al despertar, despertemos.
Me encantó el texto!
At 1:00 PM,
lunadepalabras said…
GrAcias Hernán ...! Brindo por el despertar entonces.
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