Escribo

allí, donde el punto confluye
y deja de ser punto
Es ahí donde la línea que marca
una diagonal hacia afuera,
brota lágrimas
como agua en un papel
deslizándose
burlona por las letras,
inocentes.
Siempre esa trayectoria
delinea el espacio.
Lo hace nacer en tiempo y forma.
Lo hace desplazarse
orgánico e íntegro
por el aire que corre entre los huesos
No es inmune
ni puede aferrarse a nada
aunque se lo alcance
de vez en cuando.
Circula vigoroso y simple
rueda por el piso
como un muerto
retorcido entre cristales,
bebé fresco y sano.
Es tan etéreo
como puro,
emputecido
y tierno,
llora sobre el colchón.
Se cuelga del barrote del balcón
para arrojarse al vacío.

Más. Anatomía tibia para huesos rotos.

Más huesos

Vitales huesos
Post-cáncer
De garganta
Vitales
Huesos
Anatómicos de mi tótem
Anárquicos, flexibles
Huesos carcomidos
Por las ratas
Salpicados por la lluvia
Renacientes huesos
Rotos y reconstruidos
Autónomos de mí
Circundados huesos
Consistentes perfumados
Con ajo y toda especie de fragancias
De tilo y néctar
Expandidos huecesitos
De mi espalda.
Quebrados hacia delante
Ocupando espacio
En butacas ajenas

Más boca

Boca que te des-boca
Loca mandíbula blandiente
Castañetea sórdida a la madrugada
Arañando las paredes
Boca que te busca
La tuya de labios macizos
Agua que brota de tu boca
Besos de sopa que recibe tus labios
Reciclan tu alma
Me abriga, tu boca, me calma
Chupás de mis entrañas
Lamés la superficie toda
Sin dejar
Ninguna miga
Barrés de las encías
Sangrantes
Los últimos
Restos
De
Alimento
Que
Me
Quedan.

Volví . Serie Anatomía Caliente para vientres secos.

Mandíbula

Manojo de huesos
Oprimiendo mis costados
Están
Tan sueltas de razones

Y entonces,
La luna
El atardecer
Sonando la melodía
Está
Mi alma oprimida
De costados, de dientes
Acostados en las yemas
De mis huesos, miran.

¿Quién vio mi mandíbula
caer desde el acantilado
salpicar la roca
perforar la espuma
y sumergirse
hacia el horizonte?

Yo no vi lo que viste.
Yo sentí mi mandíbula des-hacerse
Cuando me rescataste
De mi valle de huesos.

Huesos

Corroídos
Corrimos
Allá, más no nos
Vieron.

Rescate forzado
Hicimos
El amor en la maleza

Surcos de barro
Nos protegieron
En los huecos de sus palmas

Anidó un manojo de
Huesos.
Canica contra la roca
Me despierta de este letargo

Como lagartos al sol
Secos los huesos
Repartidos en la arena
De nuestro pasado.

Pies

Pisadas
Tenues
Olitas
De la infancia

Soles recortados
A trasluz
El vidrio, el arcoiris

Pisabas sin soltar
El peso de tu cuerpo
Sobre la madera

Tenías
Miedo de sentir
La tierra bajo tus pies.

Manos

Son las que me elogiaron
Siempre
Son las que son
Casi perfectas
Grandes,
Con dedos de pianista
Decía mi papá
Femeninas
Con uñas rojas de puta hermosa
Maternales, chorreadas
De leche de niños
Por nacer
Sementadas de potro
Caliente, indomable
Des-control
Sucias de ayer
Olorosas de ajo y de
Perfume aprovenzalado
Hoy dulces como mariposas
Que se salen de ellas
Se desgarran
Para buscar eso...
La libertad.

Ojos

Cerrados durmieron
Niños acunados en
Camas hechas por sus padres

Los vieron dormirse
Después de llorar

Los secaron meciendo
La cuna de sus sueños
Pariendo las voces líquidas
De sus pupilas

Crecieron,
Hacia el vasto paisaje
Se dirigieron
Tanto que
Se desorbitaron
Vagaron
Pasearon
Se escondieron

Hasta encontrarse con los tuyos.

Boca

La que dice que llora
La que habla que sufre
La que absorbe
Esponja del tiempo
Su frágil elixir

Días después
La que besa la almo-hada
Dormida besa el
Espacio vacío

La que abre
Y hace entrar
Los alimentos
Los huesos chupados por
Los perros,
Las flores
Los roces

Ella que sabe pintarse
De rojo
Para los bailes,
Encontrar el punto justo
Donde apoyarse en un
Hombro
Hombre-torso desnudo
Cubierto de sol

Lame del futuro
Con ansia de perra
Coleando hacia el mar
Desparrama su savia
Hasta la orilla

Sabe que tiene guardadas
Las líneas de lo que supo (pudo)
Leer y no borrar

Sabe que sabe hablar
Hasta por los codos
Con miedo de desbocarse
Potra loca de poesía